A finales del mes de noviembre, salí a cletear con los compas del cole, compas de toda la vida, de muchos años. En el cole salíamos de vez en cuando a dar vueltillas y teníamos algo de ritmo, claro a esas edades el cuerpo es muy noble y aguantaba cuanto palo uno le daba.

Tiempo después, en uno de los varios trabajos que he tenido, un compa me lavo el coco para compar una bicicleta otra vez, para ese momento las 29´s estaban entrando al mercado y me decidí por una de esas. Mi vuelta a las rodadas fue subir las eólicas, así como lo leen (yo pensé que eran compas). Lo interesante fue que la semana siguiente andaba preguntando a donde íbamos a ir.

Volviendo al tema inicial de la cleteada en noviembre. Tenía ya varios años de tener la bicicleta de adorno en la casa por razones varias, me puse a hacer otro tipo de ejercicio y deje la bici de lado. Ese día, terminamos haciendo casi 40 kms, suena mucho, pero en realidad es algo que en el MTB suele ser una vuelta bonita. Casi 5hrs duramos hacienda esa vuelta y cuando me baje de la bicicleta no podía caminar. Tuvieron que darme un par de café-aspirinas para no sufrir tanto.

Ese día me dí cuenta por que me gustaba tanto andar en MTB, los lugares que uno visita y los paisajes que se ven, son algo que solamente se pueden llegar en bicicleta.

Un par de salidas luego con los mismos compas salió el tema de la ruta de los conquistadores, dos de esos maes ya la habían hecho y sembraron el gusanito en mi cabeza.

Hablando con uno de los entrenadores del gimnasio, me dijo, si quiere hacerlo, hágalo, pero inscríbase de una vez, así ya tiene el compromiso para entrenar y no va a tener quite.

Lo pensé un par de semanas y cuando se abrió el “early bird” me inscribí y aquí empieza la Aventura.