7am. Casi 9 horas de sueño, suficiente para afrontar lo que se venía en unas cuantas horas. Buen desayuno, huevos revueltos, pan tostado, café y jugo de naranja. Estomago lleno, corazón contento.
8am, salida rumbo a Siquirres. Una parada estratégica para comprar hielo, y directo por la ruta 32. El camino estaba en muy buenas condiciones, a pesar de que tenia aproximadamente mas de 10 años de no pasar por ahí, no fue complicado llegar al destino. Mi preocupación mayor era llega con buen tiempo para poder almorzar algo y no pasar por la pena de comer cualquier cosa de la panadería.
11:15 am, encontramos una soda en la entrada a Siquirres, arroz con pollo y electrolit fue el almuerzo de ese día. Ya para entonces, mi cuerpo estaba mas que acostumbrado al arroz con pollo, era la comida preferida luego de los fondos largos. Ahí mismo en esa soda me cambie. Varias personas me habían recomendado usar doble licra esa día para no sentir ninguna incomodidad. Pues si fue incomodo, los primeros 15 mins, mientras me acostumbraba a andar con tanto chunche por allá. Iba vestido de gala, como cuando lo invitan a una boda, uno prepara sus mejores trajes para lucir lo mejor para la ocasión. En mi caso tenía un uniforme completamente negro, en lo personal, siempre me ha gustado como lucen los ciclistas cuando visten todo de negro. Mi indumentaria era negro de pies a cabeza, casco, lentes, camisa, guantes, licra, medias y zapatos.
Me habían comentado de este día, que era una etapa sumamente rápida, explosiva e intensa. Honestamente no sabia que podía esperar. La altimetría era nula prácticamente, no conocía el terreno, nunca fui a reconocer por que me dijeron que no era necesario (luego me di cuenta por que). Las recomendaciones para ese día fueron: trate de salir en el grupo de adelante para que no le agarre la presa en los puentes, péguesele a un grupo para que no se queme, los ríos páselos corriendo, no se quede pegado en ellos por que le pasa mucha gente, en la asistencia trate de durar lo menos posible. Si por la víspera se saca el día, con esas recomendaciones, ese 3er día iba a ser bien rápido.
12:40 nos dirigimos a la salida, quedamos en el medio del pelotón, ni muy adelante, ni muy atrás, iba con el que fue mi primer coach de CrossFit (Esteban, el de la foto), que por circunstancias de la vida, hizo la ruta este año. El estaba inscrito en la del año anterior pero tuvo una lesion que no lo dejo hacerla. Pasaban los minutos y con ellos bajaban las gotas de sudor con el simple hecho de estar esperando la salida. Estaba caliente, mi espalda iba un camel lleno de hielo con un poco de agua, dos botellas de hidratante con bastante hielo. En mi jersey, pastillas de sal y un gel.
Minutos después de la 1pm se dio la salida. Desde el minuto 1 fue ir en marcha fuerte y a gas tabla. Los primeros kms eran salida controlada y un poco intensos. Rodamos unos cuantos kms sobre la ruta 32, era un pelotón de 400+/- ciclistas, fueron unos minutos bastante intensos y de mucho cuidado para evitar una caída. Caída inevitable para Vilma (la chica que me tope en La Pita el Día 1), su brazo fue el mas afectado, pero no impidió que continuara.
Una vez la salida controlada termino, empezó la balacera. Levántese en los pedales y empiece a darle con todo lo que pueda, tratando de llevar una cadencia constante que sea capaz de llevar por los siguientes 55kms. El terreno era lastre con piedras, muy concho para las bicicletas “hard tail”, ahí fue donde me di cuenta que la doble licra fue una excelente decisión.
Hago énfasis en la “balacera” por que la intensidad con la que se corre ese día es muy alta. Nunca había experimentado un ritmo de pedaleo en MTB tan acelerado como ese día.
Durante el camino, trate de pegarme a varios grupos, pero no me fue posible enganchar con ninguno, en algunos momentos logre rodar con un par de personas, pero los ríos nos separaban. Hasta el momento íbamos bien, rodando entre 28 k/h y 30k/h. Ya para ese momento, me di cuenta que la etapa iba a ser bien intensa, yo sentía mi corazón acelerado, pero mi ritmo cardíaco decía todo lo contrario, zona 3 y zona 4 fueron la constante durante ese día.
Primer puesto de asistencia y primero de los puentes y el mas largo de todos. Para el momento que llegue al puente, no había mucha fila, y todo iba fluyendo de manera normal. Si hubo momentos donde había que detenerse pero en general el paso de los puentes fue bastante fluido. En mi caso, tengo un leve respeto a las alturas, y este tema de los puentes era algo que tenía que superar ese día, no tenía vuelta atrás. Lo que me sucede a mi, en situaciones donde la altura es notable, es que tiendo a buscar un lugar de soporte o donde poder agarrarme. Si es el caso donde no tengo donde apoyarme o agarrarme, ahí es donde me bloqueo y mejor doy vuelta atrás. En los puentes, a pesar de que no hay lugar donde agarrarse, súmele que se ve el río directamente debajo suyo. Días atrás, meditando, me dí cuenta no ganaba nada preocupándome por esos benditos puentes, que ese día, estando ahí, lo resolvía. No iba a dejar que eso me saboteara, lo que hasta ese momento, había sido una ruta de los conquistadores prácticamente perfecta para mi. Creo que la adrenalina y la emoción del momento también ayudaron a que pudiera pasar sin ningún incidente.
Saliendo de los puentes, logramos hacer un grupo bastante parejo. Unos norteamericanos, un par de nacionales y Vilma, si ahí apareció Vilma otra vez con su brazo ensangrentado, pero pedaleando. Eramos en total como 6, donde empezamos a rodar bastante rapido, 30-35 k/h aproximadamente. Yo me preocupe un poco, mi relación de piñones no me daba para rodar mas rápido que eso, entonces si aceleraban el ritmo, tenía que dejar de lado el grupo. Por dicha, ese no fue el caso, mas bien el grupo lo íbamos halando el estadounidense y yo. En un momento, hicimos el cambio y otro de los estadounidenses empezó a dirigir el grupo, yo me fui al final de la linea. Minutos después, cambio punta otra vez, el que iba liderando quedó delante mio, cuando noto que se empieza a quedar, me hace señas para que lo pase, le pregunto si esta bien y me dice que si, pero iba con cara de que dio mas de la cuenta. Le pregunto si quiere que lo pegue al grupo y me dice que si, trato de mantener un ritmo no muy rápido para que descanse pero de igual manera pendiente del grupo para que no se me separen. Un par de minutos después, oigo al estadounidense donde me da las gracias y me dice que siga con el grupo. Sentí un poco de impotencia al no poder hacer nada por el compa, pero a la vez, no podía separarme del grupo, encontrar otro grupo podía ser complicado. Volví a ver al compa, le grite buena suerte y que lo veía en la meta, me levante en los pedales me pegue al grupo de nuevo.
Rodamos asi bastantes kms, no estoy seguro cuantos, pero fue casi desde la salida de los puentes, toda la linea del tren e inclusive una parte en la playa. Ya en la playa se separo el grupo, el estadounidense que quedo, se fue adelante, un grupo que nos topamos hizo que se separara el semi-pelotón que habíamos creado y no pudiéramos conectar mas. Vilma se quedo también ahí y ya cada quien quedo por sí solo por los últimos 10kms de la ruta de los conquistadores.
Faltando como 8kms estaba el ultimo puesto de asistencia de mi equipo, Lulo y Adri, con los quienes había cleteado varias veces en este proceso, Lulo fue compañero mio en el cole y lo conozco desde hace años. Deje el camel con ellos, intente entablar conversación con ellos, pero no me dejaron, me hicieron montado en la bici para que siguiera, no me dejaron bajar las revoluciones ni por un minuto. Así de intensa fue esta etapa.
Pasamos al frente de APM, la nueva terminal, la cual es impresionante, y entramos a asfalto. Ahí ya uno se da cuenta que ya casi no falta nada, pero hay que mantener la cabeza fría, no quería quebrarme en los últimos kms.
A falta de 2kms hay una leve cuesta que no tenia contemplada, a lo lejos, adivinen a quien me tope, pues sí, a Vilma, me había pasado mientras estaba en el puesto de asistencia con Lulo y Adriana. Cuando la pase le hice señas para que se me pegara, pero no lo logró. Para serles sincero, después de esa cuesta, no me acuerdo de nada, no se que paso después de que pase a Vilma hasta que me tope a mi padre a 50 mts de la meta y luego a mi madre a 30 mts de la meta. Para llegar a la meta había que bajar unas gradas, nunca había bajado gradas en la bici y tenía que hacerlo en la meta de la ruta de los conquistadores, esto me di cuenta un par de horas luego de terminada la carrera, en el momento solo pensaba que no podía caer. Cuando llegue a la arena, me baje de la bicicleta, la alcé, y grite con mi alma, corrí a la par de ella hasta la meta y desde ese momento hasta el día de hoy, mi sonrisa nunca mas va a ser la misma. LO LOGRÉ, complete la ruta de los conquistadores, lo hice, lo que 11 meses atrás parecía una aventura imposible para mi, ahora es un sueño cumplido. Tantos meses de dedicación y esfuerzo, son el fruto de estos 3 días de competencia. Todo salió perfecto, la bicicleta, la hidratación, la comida, el descanso, TODO fue magnifico y el sentimiento de llegar a Playa Bonita entero no se puede explicar con palabras. Nunca me van a sobrar las palabras de agradecimiento para las personas que me ayudaron y que estuvieron atentos durante todo este tiempo.
Terminó la ruta, termino este largo y entretenido proceso. Lo que me llevo de todo esto es que mi cabeza y mi cuerpo son capaces de lograr lo que en algún momento era algo imposible para mi. Fueron 10 meses de aprendizaje y crecimiento personal que marcaron mi vida. Gracias vida por permitirme disfrutar de esto.
La ruta de los conquistadores: GRACIAS POR ENSEÑARME DE LO QUE SOY CAPAZ. Es probable que en algún momento nos enfrentemos otra vez.
Peace out!