Sábado por la tarde: me había puesto de acuerdo con los maes del ciclo de la zona para salir con ellos. Yo ya había pensado en una ruta para el fondo del domingo, y hablando con ellos me di cuenta que iban a hacer la misma ruta, entonces la idea era aprovechar salir con un grupo de gente.

Domingo 5:15 am: me despierto, no escuche el despertador que tuvo aparentemente sonó una hora antes. Le mande un mensaje a los compas, para que no me esperaran y me toco hacer la vuelta solo.

Subida a Bijagual: eran pasadas las 6:30 am, ya la ruta la conozco bastante bien, ya se donde están las partes mas duras y donde se puede descansar. Pero parece que mi cerebro y mis piernas ese día hicieron caso omiso a ese conocimiento previo. Tuve que parar un par de veces por que sentía las piernas que iban a explotar. No tenía hambre pero tampoco estaba muy lleno que digamos, no pude desayunar bien, y el día anterior no me fui muy bien con la comida en general, pudo eso haberme afectado, tal vez, lo cierto es que no me sentía bien y apenas llevaba 15 kms de 70 kms que eran en total. Tenía que cumplir con 4hrs 30 mins de fondo, y cuando llegué a Bijagual lo pensé varias veces para devolverme y completar el entrenamiento dando vueltas por Jacó.

Pare en una pulpería para cargar hidratante, comí algo y tuve un flashback a mis épocas de entrenamiento de CrossFit. Lara, fue mi coach para un par de competencias que participamos (fue en equipo y se llamaba ELENGA). No había día que llegáramos a entrenar sin que Lara no mencionara su frase “que tanto lo quiere”. Y ese fue mi “mindset” para las próximas 2hrs 30 mins que quedaban, tenía que hacer 45 kms en ese tiempo.

Las Delicias: llegar a Las Delicias fue otra historia, ya había comido, estaba tomando el hidratante bomba para fondos largos, y las piernas se sentían mejor. Iba a mi ritmo, tranquilo, sin esforzarme mas de la cuenta (últimamente he tratado de no llegar a zonas cardíacas altas en fondos para terminar acabado). Para ese momento ya no estaba tan enfocado en el dolor de piernas, no quería tener una crisis en el medio de la nada y la cabeza creo que la he ido mejorando en ese aspecto. Solamente tenía en mi cabeza una cosa “si no quiero sufrir mucho en Trans CR, siga dandole hasta que llegue a la casa”. Y así fue.

Iba en una cuesta y oigo que alguien viene detrás. Yo pensé que era un grupo de ciclistas que me tope en Bijagual, pero no, era un compa en una bici eléctrica. Me pasó como si anduviera paseando y yo sudando la gota gorda en media cuesta. Empezamos a bajar y lo pasé. Cuando empezamos a subir, la ventaja que le saque bajando me duró un par de minutos nada mas y luego se me perdió de vista. Viendo a ese compa, pensé tantas cosas como: que bonito así, no se desgasta uno tanto, pero que pasa si se queda sin batería en media cuesta, será que el paisaje se aprecia igual al ir tan rápido, pero creo que la mayoría de los que cleteamos pensamos que es “muy afortunado” (por no decir la grocería) en andar en esa bici.

La Angostura: yo ya conocía la ruta, esta es la 3ra vez que la hago, y ya sabía que al llegar a este punto, lo feo había pasado. Mi mente trabaja así, hay puntos claves a los que tengo que llegar para luego preocuparme en lo que sigue. Por ejemplo: al llegar acá ya sabía que el resto era relativamente plano, 4-5 repechos de 50 mts y listo, estaba en la casa (a 20 kms, pero ya había pasado lo peor). Decidí cargar agua otra vez en el siguiente pueblo para aprovechar que las botellas que ahora tengo aguantan mas el liquido frio, lo cual es una bendición cuando se anda en la montaña a 30+ grados de temperatura.

Mata de Plátano: llegué a la pulpera con el compa de la bici eléctrica, no se en que momento lo pasé, pero llegamos igual. Hablamos un rato y sus palabras fueron el consuelo para un día que había empezado mal “ud le da duro mae, echarse esa cuestota es cosa seria”. En ese momento, ese piropo fue lo necesario para que el día se pusiera mejor de lo como había empezado. Si ando duro o no, la verdad no lo se, esos son parámetros que cada quien tiene en su cabeza, para mi, andan duro Nino, o Kate o Yolanda… pero el comentario del compa fue agradecido.

El resto del fondo termino de manera normal. Este fondo mas que entrenamiento físico, fue mental. Cuando se entrena solo, no hay manera de disipar esas penas, no hay nadie con quien hablar, o con quien compartir la sufrida. Solamente es uno con la montaña y la bicicleta.

Al final del día la cosa mejoro, almuerzo en un restaurante frente a la playa con atardecer incluido. Moraleja de la historia: aunque el día no empiece de la manera que esperábamos, no significa que el resto del día tiene que ser igual. Nota 100 para este fonde rumbo a Trans CR Costal Nosara.

ELENGA.

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