Después de un par de meses de descanso (bajar un poco la intensidad del entrenamiento), estamos de vuelta por acá. Y como lo tenía planeado, volvimos para Palmarin 2019. Exactamente hace 1 año fue que hice esta primera carrera de preparación para la ruta. Quería sacarme el clavo y ver el avance después de 12 meses.

La semana anterior, un amigo vino por acá a la zona de Jacó. El también iba a hacer la Palmarin. Subimos hasta Bijagual (primeros 20km del día 1 de la ruta). Ese trayecto yo lo conocía bastante, era mi ruta de casi todos los sábados. El día estaba muy caluroso, cero viento y muy poca sombra. Cuando llegamos a la casa, los 2 estábamos muertos, agotados, exhaustos, como hace mucho tiempo no me sentía. En otras palabras completamente tostado. Mi amigo también estaba mal, duramos unos 45 minutos para recuperarnos. En mi caso, pase el resto del día acostado viendo tele, cosa que me pasaba exactamente hace un año.

Ese día me abrió los ojos y me puso a pensar que podría pasar un mal rato en Palmarin. No era como que había dejado de entrenar, pero no estaba saliendo tanto como antes. Esa semana previa a la carrera, decidí salir unas 3 veces y rodar suave, no mas de zona 3. También, volví al gimnasio (tal vez no fue la mejor idea por que para el viernes me dolían hasta cejas). El viernes, descanso, comida liviana, una carga calórica considerable en la noche, dormir temprano y el sábado, salir temprano rumbo a Palmares.

La carrera empezó intensa, mucha gente, y en los primeros metros uno siempre trata de pegarse a un grupo adelante que lleve un ritmo parecido. Este no fue el caso, era tanta la gente que nunca logré encontrar ese grupo. Primer trillo estrecho y primera presa de gente, era una bajada, no muy técnica y ya había gente caminando (si, bajando).

Los primeros 20km me sentí bastante bien, estaba cumpliendo con la hidratación, en ningún momento me sentí mal o cansado, así que los siguientes 20 kms decidí acelerar el paso. Nunca había hecho eso en los últimos 12 meses. Siempre he sido bien cauteloso en ese sentido por que mi idea es poder terminar entero después de cada carrera, pero en este caso, ya sabía lo que faltaba, así que le puse el nitro a las piernas de ahí en adelante.

Las presas seguían en la mayoría del trayecto y era inevitable tener que quebrar el ritmo. Un par de veces tuve percances con gente que iba en zig zag subiendo y a pesar de que yo pedía campo, sencillamente no lo lograban. Pase a bastante gente subiendo. Ahí fue donde empecé a notar los avances de los 12 meses anteriores.

Al final, cruce la meta en 3:12:56, hasta el copete de polvo, pero con la satisfacción de que logre bajar 48 minutos con respecto al año anterior. Y terminé mucho mejor que en 2018. Tenía una batalla interna conmigo mismo, era algo personal, yo sabía que había avanzado bastante en un año, pero nunca lo había cuantificado. Este es el resultado de disfrutar lo que uno hace y de comprometerse con la causa. Ahora seguir pedaleando y ver que otra competencia hacemos.

¡Nos vemos pronto!

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