La posibilidad de que un entusiasta del ciclismo pueda compartir unas cuantas horas con un ciclista del “World Tour”, en realidad son pocas. Hace unos días, publicaba Andrey en sus historias de Instagram que iba a hacer un taller de ciclismo para compartir con aficionados del deporte sus experiencias. Nosotros pudimos ser parte de ese evento y la experiencia fue de las mejores que hemos tenido y llego a reforzar un poco mas el cariño que le tenemos a esta disciplina.
No sabíamos cual era la dinámica, sabíamos que íbamos a compartir con el, hablar y lo que todos esperábamos era poder salir a rodar con el un rato. Empezó aproximadamente a las 6:30 am, con un desayuno, mientras Andrey pasaba por todas las mesas saludando y hablando un poco con todos los presentes.
Toco varios temas importantes. La alimentación que llevan ellos durante una etapa, en este caso nos enseño lo que utilizo para las olimpiadas. Los suplementos que utiliza, y la frecuencia con que los consume. También habló un poco de como fue su traspaso al INEOS, con su toque personal (es una persona bastante amena). Nos dio su punto de vista del perfil de los lideres de equipo y que tienen que tener para llegar a ese nivel. También nos comento acerca de sus inicios como ciclista profesional y creo que en lo personal lo que mas me llamo la atención fue sus anécdotas con ciclistas de ese calibre.
Nos contaba historias de Alejandro Valverde, de Nairo, de Frome, de Carapaz, de Castroviejo, en fin, las contaba con tal naturalidad como si yo contara las historias de #losBazoEnLaRuta, u Octa, Jose y Lulo. Ahí en ese momento uno cae mas en razón de quien tiene al frente.
La charla estuvo súper entretenida, pero llego el momento que todos esperábamos, la rodada. Salimos todos juntitos, tranquilos y empezando no mas hubo un incidente con uno los los participantes y Andrey se quedo ayudándolo. Cuando nos alcanzó, llego para alborotar el panal y en cuestión de segundos, estábamos rodando a 45 km/h. Inmediatamente la señal de mi cerebro fue, respire, siga pedaleando y no vea el reloj. El mecatazo duro unos cuantos minutos pero fue suficiente para dejar en claro el nivel que se maneja en esas ligas.
Mas adelante hubo otro apretón pero mas mas tranquilito. Paramos a la fresqueada y ahí compartimos mas con el, nada como comerse unas chickys y un fresco con Andrey Amador en la bomba de Esterillos, momentos que no tienen precio. Y luego de vuelta, esta vez si fue mas tranquila, no hubo ataques ni nada por el estilo.
En lo personal, una de las mejores experiencias que he tenido gracias al ciclismo, conocer a Andrey y poder escuchar sus experiencias fue todo un aprendizaje. Muchas gracias Andrey por todo.